Usted seguramente debe conocer algún amigo que ya no asiste a la iglesia y tampoco confiesa más su fe cristiana. También debe conocer líderes que han caído en pecado, que predicaban y dejaron el ministerio, despreciando la salvación.
Lo mencionado anteriormente se le conoce como “apostasía”, que es renunciar a la fe que uno tiene, sin embargo, el enfriamiento espiritual, es uno de los signos de los últimos tiempos, como se puede leer en 1 Timoteo 4:1 y 2 Tesalonicenses 2:3, que advierten aquellos que deseen apartarse de la verdad de Dios.
Recientemente el reverendo Augustus Nicodemus Lopes, de la Iglesia Presbiteriana de Santo Amaro, escribió un ensayo sobre este tema en su Facebook. El religioso dijo que conoce a mucha gente, incluyendo a sus profesores, que se han apartado de la fe y aún muchísimos cristianos.
En el texto él cuestiona lo que ha llevado a estas personas a tomar esta decisión que es negar los valores morales del cristianismo y aceptar la liberación total como una filosofía de la vida.
Entre las razones que pueden explicar estas opciones, Nicodemo cita algunas situaciones:
- Los que creen por un tiempo pero debido a las preocupaciones de este mundo y a la persecución abandonan su fe.
-Los que prestan atención a las doctrinas de demonios
- Los que se desvían de la fe para profesar una doctrina que piensan que es más intelectual.
- Los que se dejan llevar por la codicia como Judas, Balaam y Demas, que amó este mundo.
“En resumen, las razones externas son varias: el amor al dinero, el orgullo, los problemas morales, la vanidad intelectual, la falta de coraje para tomar la verdad y el deseo por lo novedoso. La raíz de todo esto, en mi opinión, es la falta de un corazón regenerado, una de las razones por la que los autores bíblicos están siempre dispuestos a admitir”, dice el reverendo presbiteriano.
Nicodemus Lopes, no entró a fondo sobre si los apostatas se salvaran porque cree que los elegidos perseverará hasta el fin. Pero él habló de tres cosas que mantienen a un cristiano, verdadero: el temor a Dios, la humildad y un corazón quebrantado.
“Aquellos que verdaderamente se humillan ante Dios y tiemblan ante su Palabra, a pesar de que se equivocan en puntos secundarios y que eventualmente caen en pecado sin duda no se apartan de Dios y su palabra”.
El presbiteriano afirma que el verdadero creyente no puede abandonar a Dios y tampoco quiere hacerlo mientras que los apóstatas pasan este límite por no creer en la Palabra fielmente.
Lo mencionado anteriormente se le conoce como “apostasía”, que es renunciar a la fe que uno tiene, sin embargo, el enfriamiento espiritual, es uno de los signos de los últimos tiempos, como se puede leer en 1 Timoteo 4:1 y 2 Tesalonicenses 2:3, que advierten aquellos que deseen apartarse de la verdad de Dios.
Recientemente el reverendo Augustus Nicodemus Lopes, de la Iglesia Presbiteriana de Santo Amaro, escribió un ensayo sobre este tema en su Facebook. El religioso dijo que conoce a mucha gente, incluyendo a sus profesores, que se han apartado de la fe y aún muchísimos cristianos.
En el texto él cuestiona lo que ha llevado a estas personas a tomar esta decisión que es negar los valores morales del cristianismo y aceptar la liberación total como una filosofía de la vida.
Entre las razones que pueden explicar estas opciones, Nicodemo cita algunas situaciones:
- Los que creen por un tiempo pero debido a las preocupaciones de este mundo y a la persecución abandonan su fe.
-Los que prestan atención a las doctrinas de demonios
- Los que se desvían de la fe para profesar una doctrina que piensan que es más intelectual.
- Los que se dejan llevar por la codicia como Judas, Balaam y Demas, que amó este mundo.
“En resumen, las razones externas son varias: el amor al dinero, el orgullo, los problemas morales, la vanidad intelectual, la falta de coraje para tomar la verdad y el deseo por lo novedoso. La raíz de todo esto, en mi opinión, es la falta de un corazón regenerado, una de las razones por la que los autores bíblicos están siempre dispuestos a admitir”, dice el reverendo presbiteriano.
Nicodemus Lopes, no entró a fondo sobre si los apostatas se salvaran porque cree que los elegidos perseverará hasta el fin. Pero él habló de tres cosas que mantienen a un cristiano, verdadero: el temor a Dios, la humildad y un corazón quebrantado.
“Aquellos que verdaderamente se humillan ante Dios y tiemblan ante su Palabra, a pesar de que se equivocan en puntos secundarios y que eventualmente caen en pecado sin duda no se apartan de Dios y su palabra”.
El presbiteriano afirma que el verdadero creyente no puede abandonar a Dios y tampoco quiere hacerlo mientras que los apóstatas pasan este límite por no creer en la Palabra fielmente.
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