lunes, 28 de octubre de 2013

La adoración en la Guerra Territorial

Dra. Profeta Alexandra Quesada



Deseo referirme a la relación existente entre la Adoración y la efectividad en la Batalla Espiritual por regiones y continentes. La razón por la que la Adoración juega un papel fundamental en la tarea de desplazar las fuerzas antagónicas, es que no hay una forma enseñada más claramente que ministrar a Dios para provocar Su Presencia.

EJEMPLOS BÍBLICOS

Moisés conociendo la oposición que enfrentaría al movilizar a Israel a través del desierto hacia la Tierra Prometida, requirió enfáticamente la Presencia Divina para garantizar el cumplimiento del objetivo. Éxodo 33

El equipo de batalla seleccionado por el mismo Dios para acompañar a Gedeón sumó 300, quienes para tomar entre sus manos las aguas y lamerlas como lo hace un perro, tuvieron que hincar una de sus rodillas (como lo aclara el original hebreo), lo cual es señal de reverencia, reconocimiento ante la presencia de una divinidad o bien ante un rey. Tal posición revela un principio de orden para el conflicto entre el bien y el mal y es que, antes de estar de pie en la batalla y mantenernos en firmeza hasta el final, debemos sostener una vida de cercana relación con el Señor de los Ejércitos, donde podamos doblegarnos y colocarnos en su mano para lograr acierto durante nuestros combates (Jueces  7:6).

Considero pertinente redefinir la experiencia de la Adoración en espíritu y verdad  para no caer en el riesgo de una interpretación equivocada. Esta célebre expresión del Señor en  Juan 4: 24 señala la experiencia mas sublime entre lo divino y lo humano, constituye un pasadizo a través del cual sólo logran acceder quienes lo profundizan, y cuando sucede entramos en un ámbito sobrenatural donde nada se puede predecir, excepto que seremos invadidos por Su Presencia.

Adoración es la única vía hacia el corazón de Dios, dado que no hay otra práctica que se lleve a cabo con el único fin de honrarlo directamente. La oración, la lectura de la Palabra, el ayuno, y el servicio a El en general, son disciplinas que producen desarrollo y beneficio deliberado en quienes echan mano de ellas.

Adoración es el recurso de depuración más elaborado del que dispone el Cielo, porque te coloca en el Quirófano Divino para que se manifieste tu cambio de corazón. Es también el conducto divino mediante el cual se transfiere la vida de Dios al buscador.

Con regularidad la expresión “en Su Presencia” tiene que ver con esa experiencia de contemplación y es en ella que El nos equipa con lo que requerimos, nos despoja de lo que nos bloquea el paso, despierta dones que permanecieron dormidos, instala dentro nuestro sus ansias divinas y moldea a cada uno para que calcemos en El como parte suya que somos. Frente al Señor la familiaridad entre las dos partes crece, los vínculos se estrechan, la identificación con El se produce y nuestro corazón comienza a latir a su ritmo.

Su Presencia nos doblega, nos anonada y nos coloca de Su lado por completo, nos libera de nosotros mismos, aumenta nuestra confianza, se afirma la convicción de ser suyos, de ser aceptos y de ser elegidos.

Cuando nos rendimos se nos abre el oído, se nos despierta la intuición y  la imaginación asimila la visión celestial. Adorando es alumbrado nuestro entendimiento, se ensancha el espíritu para contener más de El y obtenemos más revelación.

Ministrándole, extraviamos nuestro camino al hallar el suyo, entonces se debilita la voluntad humana y se fortalece la suprema, son multiplicadas nuestras posibilidades y se anulan la duda y toda limitante.

DAVID  Y LA ADORACIÓN A DIOS

La vida de adoración de David lo enseñó a elevarse, pronto su forma de ver y oír cambió de dirección, Dios tomó control de David, su razón se nubló y desde entonces aprendió a apoyarse sólo en El. Así fue como se atrevió a asumir desafíos desmedidos, por contar con un poder que no era humano subyugó principados, desarmó adversarios humanos, quebró la oposición y obtuvo la victoria vez tras vez.

JESÚS Y LA ADORACIÓN AL PADRE

Dios continúa buscando gente que sepa adorarle para hacer de cada uno de ellos “hijos como Jesús”, el Señor se reveló a la Samaritana (mujer la hora es) como el Altar del Incienso del Tabernáculo. Desde su vida ordinaria exaltando al Padre y por esa dinámica de entrega, permanecía deseoso de agradarle, obedecerle y negarse, y así fue como pudo revelarlo y darlo a conocer al hombre. Al operar como Altar Vivo y Ofrenda Grata, propició el Señor la Misericordia y la Gracia Divinas sobre la tierra. El Señor profetizó también diciendo: “La hora viene”, anunciando un día en el cual muchos altares y ofrendas vivientes adorarían al Padre produciendo un impacto del Favor Divino sobre la humanidad necesitada; esto tiene su cumplimiento parcial cuando en el Aposento Alto descendió  el Espíritu Santo y Su poder operó libertando a las gentes de la opresión diabólica, rompiendo las cadenas de enfermedad y transformando vidas que habían estado en oscuridad. Regiones enteras se abrieron al mensaje del Evangelio del Reino de Dios.

ADORACIÓN EN LA IGLESIA PRIMITIVA

David, Jesucristo El Señor y la Iglesia Primera ministraron al Padre desencadenando el poder que abrió los cielos sin que el reino de las tinieblas pudiera prevalecer. El papel que juega la “vida de adoración” es determinante en el conflicto espiritual por el dominio de la Tierra y de  sus sociedades. Donde quiera que la Presencia de Dios irrumpe, Satanás y sus huestes emprenden la retirada.


Enlazando Adoración y Guerra Territorial


Levítico 23:2 y 41 estableció tres convocatorias para Israel. Durante el año, el pueblo se juntaba para ministrar y acercarse al Señor. Esta adoración debió llenar los aires de gloria y desplazar las influencias infernales del territorio. Aparte de estas reuniones, de tiempo en tiempo, se llamaba al ejército y de toda ciudad y casa salían y comparecían los hombres de guerra, según lo imponía la amenaza enemiga.

En los tiempos de David era muy notoria la relación entre la poderosa adoración ordenada por él mismo para ser ofrecida ante el Arca del Pacto en la tienda y el hecho de que siempre derrotaba a sus enemigos. La adoración favorece al que la practica con revelación, David apelaba a la revelación para salir a la batalla y bajo condiciones de ministración ante la presencia de Dios no había fallo en el terreno de confrontación.

Josafat restauró los principios de David para la administración de gobierno. El  ambiente histórico que vivía era de muchas aflicciones y nada de paz en Israel, hasta que descubre que la nación desconoce la posición y las promesas que se acreditan a un pueblo que guarda pacto y ministra honra a su Dios. David emprende una campaña nacional en la cual los levitas son enviados a ayudar en la enseñanza del “libro de la ley”, la que según la tradición se realizaba mediante medios musicales (Salmo 119:54, Nehemías 8:8, 2 Crónicas 17:9, etc.) El resultado de tal preparación fue el temor de los reinos de su entorno y su decisión de no hacer guerra contra Judá. Las fuerzas de oscuridad se desestabilizaban cuando el Pueblo del Señor vivía en Pacto con El y en una relación de adoración. Judá aprendió a hacer uso de la espada de doble filo y la ministración al Señor, para atar el poder de los reyes (Salmo 149:9); de este mismo modo nosotros hemos heredado el dominio espiritual sobre lugares físicos de parte del Señor. No pasemos por alto la popular hazaña del Señor en días de este rey ante la invasión de una coalición enemiga, sobre todo, por el hecho de que luego de gemir y humillarse ante el Señor, El  hizo uso de Jahaziel músico de los hijos de Asaf para fluir proféticamente revelando la estrategia que daría  fin a la amenaza nacional y de cómo fue seleccionado por los adoradores el canto de Hemán y Jedutum como parte del poder con que quebraría el Señor el arco del enemigo.

Existía un libro llamado el libro de Justo o Jaser (2 Samuel 1:18), dedicado al entrenamiento militar y  su contenido consistía en cantos de guerra para el tiempo de batalla (Josué 10:13) “Sol detente”… era un canto de guerra.


Hallaremos en la escritura numerosos ejemplos que apoyan el poder desatado desde la adoración contra la presión del enemigo y éste es el tiempo para que llenemos los ambientes de Adoración  para que ésta se escuche como grito de guerra que ponga al infierno en fuga ¡Amén!.

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