jueves, 22 de noviembre de 2018

El Arrepentimiento

Job 33:27-28
El mira sobre los hombres; y al que dijere: Pequé, y pervertí lo recto, Y no me ha aprovechado,
Dios redimirá su alma para que no pase al sepulcro, Y su vida se verá en luz.

La puerta que lleva a la gracia de Dios se llama arrepentimiento, reconocer que pecamos, que a veces no somos rectos, darnos cuenta que desobedecer a Dios no es beneficioso para nosotros, nos lleva al arrepentimiento que es la llave que abre la puerta a una vida de comunión con nuestro Creador, una vida llena de bendiciones.
Jesús dijo bienaventurados los pobres en espíritu porque de ellos es el reino de Dios, estos son los que saben que dependen de Dios para todo, que sin Él nada pueden hacer.
Después de vivir haciendo lo que deseamos nos damos cuenta de que no fue beneficioso, es momento de venir a la presencia de Dios, entrar por la puerta del arrepentimiento, aceptar el sacrificio que Jesús hizo por tí, entonces sabrás que hay redención, Dios te alejará de la muerte, y disfrutarás de la luz en la presencia del Padre Celestial.
Dios mira desde los cielos a toda la humanidad, buscando corazones arrepentidos, buscando hombres y mujeres que reconozcan a Dios como la única salida a este mundo hostil, violento, lleno de muerte, destrucción y corrupción. Todo lleva a entender que la única salida está en Jesús. El salmo 14 dice en el verso 1: Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien haga el bien.
Cuando la humanidad no reconoce al Creador se desentiende de Dios, se desvía tras los deseos de su mente, y cae en la condenación del diablo, se vuelve enemigo de Dios, esto es evidente en la actualidad cuando miramos a la sociedad contemporánea. Pero Dios sigue mirando desde los cielos a los hombres buscado corazones arrepentidos. Hoy es tiempo de buscar si hay arrepentimiento en nosotros para reconocer que sin Dios estamos perdidos, hoy es el día, no lo dejes para mañana, Jesús nos deja estas palabras en el libro de Apocalipsis 3:15-16
"Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!
Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca."
El punto de quiebre en nuestra vida que puede marcar la diferencia entre la maldición y la bendición, entre la vida y la muerte es el arrepentimiento.
Dios mira desde los cielos buscando corazones dispuestos, aún hay tiempo el Señor extiende su misericordia.

Aldo Daniel Monegal

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