viernes, 10 de agosto de 2012

El sostén del obrero cristiano


El que recibe instrucción en la palabra de Dios, comparta todo lo bueno con quien le enseña  Gálatas 6.6
Cuando Pablo el apóstol escribió este principio, lo hace en el momento en que él y Bernabé regresaron de su primer viaje misionero. Tiempo atrás, de ida, habían establecido iglesias por la región de Galacia, en las ciudades de Listra, Iconio, y Pisidia de Antioquia (Hechos 14:21-23). Ahora, ya de regreso, venían organizando a las iglesias que habían permanecido “estableciendo ancianos en cada iglesia”; así que, cuando Pablo escribe a los gálatas “El que recibe instrucción en la palabra de Dios, comparta todo lo bueno con quien le enseña” les recuerda que ellos se deben hacer cargo de los aspectos financieros de los que, llamados por Dios, se encargan de velar por los aspectos espirituales de ellos.
La enseñanza de cuidar financieramente a las personas que sirven a Jesucristo y a su iglesia aparece por toda la Biblia, desde los días del Antiguo Testamento hasta las epístolas. Pablo escribió a Timoteo: Pues la Escritura dice: «No le pongas bozal al buey mientras esté trillando» y «El trabajador merece que se le pague su salario» 1 Timoteo 5:18. También en 1 Corintios 9:9-10 dice Pablo: Porque en la ley de Moisés está escrito: «No le pongas bozal al buey mientras esté trillando.» ¿Acaso se preocupa Dios por los bueyes, o lo dice más bien por nosotros? Por supuesto que lo dice por nosotros, porque cuando el labrador ara y el segador trilla, deben hacerlo con la esperanza de participar de la cosecha. La imagen que nos deja el apóstol es la siguiente: El campo de labranza es la iglesia “ustedes son el campo de cultivo de Dios,” El labrador es el Señor 1 Co. 9:9. El buey es un emblema del que sirve al Señor, los ministros son como bueyes que le ayudan en la cosecha. El mandamiento de Deuteronomio 25:3-5, indicaba que al buey que trilla no se le debe cortar el suministro para sus necesidades, así tampoco a los que sirven al Señor se les debe cortar el suministro para sus necesidades. Es tan importante que se hace la aclaración: “El trabajador merece que se le pague su salario”.
Finalmente esto se practica en la iglesia del Señor porque “LA ESCRITURA DICE”. Esta es la razón por la que cada uno de nosotros debe tomar en cuenta el principio de cuidar materialmente de los que atienden lo espiritual en nuestras vidas. Es un mandamiento de Dios que velemos por las necesidades de los que sirven al Señor y a su iglesia.

Fuente: Boletin IBUC Monterrey

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